Una instalación de pretratamiento corona de alta frecuencia se compone generalmente del generador, el transformador de alta tensión y la estación de tratamiento.
Los generadores de alta tensión se realizan actualmente casi sin excepciones en la técnica de los semiconductores. Las ventajas frente a los equipos de tubos, que aún se encuentran parcialmente en funcionamiento, si se utilizan los componentes de potencia adecuados, son un rendimiento sustancialmente mejorado, unido a una potencia suministrada claramente más elevada, mayor fiabilidad y menor radiación parasitaria. Para la formación de un plasma de alta tensión uniforme la alta tensión se acciona por impulsos con alta frecuencia (25 – 50 kHz), de ahí también el nombre “corona de alta frecuencia”.
En electrónica se denomina descarga de efecto corona a una descarga que se produce en líneas conductoras de alta tensión. Hace ya más de treinta años se descubrió que la aplicación controlada de dicha descarga se puede utilizar para mejorar la adherencia de superficies de material sintético. El funcionamiento se puede representar simplificado como aparece a continuación y corresponde a una descarga obstaculizada por barreras (DBD).
Un electrodo conductor de alta tensión (varios kV) se coloca a escasa distancia de la superficie del sustrato a tratar, en cuyo dorso se encuentra un contraelectrodo conectado a tierra con transmisión directa.
En el intersticio entre los electrodos se forma una zona de descarga con una alta concentración de diversos átomos y moléculas activos que actúan en las superficies del sustrato a tratar. Las cadenas moleculares cerradas de la superficie se rompen donde pueden adicionarse especies activas, principalmente radicales del oxígeno.
En la superficie antes homopolar se generan ahora moléculas polares a las que se pueden unir químicamente moléculas de color. Debido a que el intersticio entre los electrodos por lo general es de sólo 1-2 mm, el área de aplicación principal de corona se encuentra en la zona de superficies relativamente planas y sustratos finos, como son p.ej. las de las láminas de embalaje y etiquetas, incluso también de tazas y tubos. Se pueden tratar sustratos tanto conductivos como no conductivos.